Mi nombre es Antonella, me enamoré de esta profesión aproximadamente a los veinte años cuando conocí esta carrera a través de la mamá de una amiga, quien estaba iniciando sus estudios. Ingresé al Instituto Holos Capital donde, luego de una charla informativa, estaba cada vez más atrapada por la idea de poder ayudar a las personas en sus momentos de cambios, en sus crisis y en su propio crecimiento personal, ilusionada con que todos podemos llegar a ser lo que realmente somos en esencia, decidí comenzar mis estudios allí mismo, cautivada por la teoría de Carl Rogers y con ánimos de aprender a llevarla a la práctica, tanto en mi vida personal como en la profesional.

Llegué al counseling buscando una carrera de la cuál pudiera estudiar, trabajar y vivir, y me encontré con una filosofía de vida, con otra forma de ver las relaciones y las personas, que quizás con mis cortos años no lograba comprender del todo, pero algo en mi resonó. Mi interés en poder ayudar, escuchar y comprender a las personas siguió creciendo a través del tiempo.

Entre idas y venidas de trabajos y estudio, y con algunos problemas económicos en casa, finalmente tuve que abandonar, luego de casi tres años, tan cerca de recibirme… ingresé en la escuela de Policía, motivada con la intención de ayudar, pero desde otro lugar y con la idea latente de continuar mis estudios. Sin embargo, por cuestiones de horarios y por la dificultad del trabajo en sí mismo, no pude retornar a mi amada profesión hasta unos casi ocho años después, cuando como consecuencia de la pandemia (y posterior a haber llegado mi primer hija) y con el replanteo existencial interno a flor de piel, me puse en campaña para ver si podía retornar con mis estudios. Fue así como di con la Escuela de Psicología Social y Counseling, que tenía un programa armado para estudiar a distancia, y luego de haber charlado con la rectora y haber iniciado los trámites, pude comenzar y terminar mi amada profesión. 

Actualmente me encuentro feliz de poder ayudar a personas desde mi lugar, desde esta profesión que me invita a la constante transformación, ofreciendo este servicio de acompañamiento humano, poniendo todo lo mejor de mi.